La primera vez que escuché “sembrar la luna” mi reacción fue de sorpresa y curiosidad…

Dicen que este proceso es sanador, así que no dudé en esperar mi próximo ciclo menstrual para realizar la siembra. Y aunque me enseñaron a tenerle asco a mi sangre, confié en que valdría la pena hacerlo sin esta sensación.

Advertencia: nada de esto está comprobado científicamente. Si eres de las personas que sólo se basan en hechos científicos, lamento decirte que este artículo no es para ti, ya que está bien alejado de lo que nos enseñaron e hicieron creer. Según este ritual la sangre es: limpia, pura, sagrada y tiene muchas propiedades.

¿Por qué sembrar la luna?

En la sangre menstrual hay información de nuestro linaje femenino, información ancestral, valiosa y mágica. Sembrarla puede ser no sólo sanador, sino también liberador.

Por otra parte es una forma de devolverle a la tierra lo que ella nos dio. Y como la sangre tiene tantas propiedades, lo más probable es que tu planta crezca más fuerte y linda.

Te liberas, sanas y la planta nace más fuerte, ¡mejor imposible!

También se puede sembrar directo a la tierra.

¿Cómo lo hago?

La mejor manera de hacerlo es con la copa menstrual, ya que de lo contrario se te dificultará bastante recolectar la sangre.

La sangre tiene muchos minerales, así que si lo haces en una planta que está en maceta, diluye tu sangre en agua. Si lo haces directo a la tierra, no es necesario diluirla.

Destina un frasco para el proceso. Pon la sangre en el recipiente, agrega agua y ¡pócima lista!

Tus plantitas estarán felices.

Riega tu planta con la misma frecuencia que lo hacías sin la sangre, o ten en cuenta el agua que necesita la planta. Cierra los ojos y vierte la sangre. Respira profundo y analiza cómo te sientes. Medita un rato. Frena y recibe.

Leí un blog que me gustó y extraje este pedacito:

La sangre menstrual es entregada a la tierra, para que el espíritu de la madre tierra se entere de la evolución que llevamos los seres humanos aquí, sobre ella. Y la mujer con su menstruación es la mensajera de esa información. LA TIERRA NECESITA SANGRE DE VIDA, ya no más sangre de guerra y muerte.

Sembrar tu sangre menstrual, te da la oportunidad de liberar cargas emocionales que tuviste durante tu último ciclo, pues tu sangre tiene tu pena, tu dolor, tu angustia, tu alegría, tu agradecimiento, tus rezos y orgasmos sentidos.

Sembrar tu sangre menstrual significa ofrecer tu savia a la energía creadora madre-padre, en símbolo de gratitud por la vida que llevas.

Cuando tu sangre llega a la tierra, ayudas a tu madre y a tu abuela y a despejar las viejas heridas familiares existentes en las mujeres que te anteceden, con el propósito de  abrir un camino de amor a las generaciones que vendrán después de ti.

La menstruación es una oportunidad de renovar tu mundo interno, por lo tanto, sembrarla te ayudará a liberarte de lo que ya no te sirve para llenarte de las bendiciones que la madre tierra tiene para ti.

La sangre menstrual es un canal directo a las profundidades del corazón del planeta tierra. Sin pudor y sin temor este ritual es parte de la sanación planetaria.

La sangre menstrual contiene valiosas células madre, hierro, proteínas, vitaminas y minerales; que constituyen la ofrenda más valiosa que somos capaces de entregar. Nuestras aguas sagradas, las que han sido reservadas en nuestro vientre cada mes para recibir y acoger a la nueva vida que podríamos gestar”.

No pierdes nada con intentarlo por más descabellado que te parezca, tal vez valga la pena.

Les dejo aquí otro artículo que leí y me motivó a hacerlo.

No soy experta en el tema, pero me da felicidad compartir mi experiencia; y como otras mujeres me animaron, intento con este escrito seguir tejiendo este “animarse” colectivo, sanador, revelador e inspirador.

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